¿NECESITA USTED UN MILAGRO?
¿Quién de ustedes alguna vez no ha deseado un milagro?
La palabra milagro, antiguamente miraglo, encuentra su origen en el latín miraculum, palabra derivada del verbo. Se llama milagro a un evento atribuido a la intervención divina.
Convencido de mi capacidad productiva y milagrosa, vuelvo de nuevo a presentar colección. Esta vez el protagonista es usted y sus deseos de ver materializado un milagro.
La idea es la de generar milagros todavía sin activar. Envasarlos o extenderlos en forma de cheque, para que el propio consumidor decida activarlos cuando él considere oportuno; desprecintar su poder y…
En cuanto a términos de vistosidad y de entertainment, la propia performance o colección es menos vistosa y sofisticada que una lámpara maravillosa. Aquí se trata de un solo milagro y no de tres deseos. Aviso que tampoco se trata de disfrutar. En el caso de los botes milagrosos piense usted en el milagro, cuente hasta diez y desprecinte el objeto. ¡Milagro concedido! Nuestra segunda “opción milagrosa” es la de que usted reciba en su domicilio uno de nuestros vales milagro, por supuesto, gratuitamente. Luego les explico. El modo de activar esta segunda modalidad consiste en invocar a quien ustedes quieran, cerrar los ojos, respirar profundamente y esperar el latigazo, el abrazo de Dios. Insisto en que su uso es de un solo milagro. No más.
Tarifas milagrosas.
La propia vida ofrece encuentros milagrosos y no fortuitos. Hace algunos años fui instruido por uno de esos seres que aparecen, enseñan y desaparecen por arte de magia. La premisa fue clara: No te hagas millonario con esto. En aquellas enseñanzas se mencionaba “el fruto del acto”, cumplir un deber sin la expectativa de recibir algo a cambio. He sido fiel a esos principios y mantengo mi promesa de no desdibujar aquellos momentos ni tampoco todos sus recuerdos.
Si desean alguno de los milagros no duden en contactar conmigo. Son gratuitos. La responsabilidad está en sus milagrosas manos.
Sé muy paciente, ya que realmente vale la pena esperar los milagros. Recuerda que Dios siempre está contigo, incluso en tiempos difíciles. … Si prometes hacer algo si tu milagro es otorgado, estás negociando.