Castiglione della Pescaia, 2009
The present sample is born across a creative extremely simple process: A beach, creams for the solar protection and a wait. In this brief, very brief case… And is the time, when the almost infinite procession of beings stuffed with the whole slang of crockery-store kitch, they start furrowing the sand almost being strangled by their own catalogue of products.
Presented the principal scene of this history. We are going to search to another new element that reduces a relation between our protagonists and the sand of the beach: The sea. In past times, place that they should have furrowed and defy to crystallize a new life, to embrace a new hope, to fuse in a clamorous embrace in a faithful and thunderous reality. The sea, once again, encouraging of dreams…
This graphical exhibition does not try to practise as amplifier of a social denunciation. His content is enormously explicit and invites the spectator whom it takes, or not his own conclusions. All the prominent figures who appear do not do it for chronological order. The appearance in the scene is random, unexpected, natural and does not answer to any before established or outlined script. All the persons who appear are real.
The meetings works have realized during four days that my stay lasted in a place very near to Castiglione della Pescaia, on the coast Toscana (Italy). Logically, in a beach, which name remains erased by the incessant one to be going and to come of trodden on the same sand. One day, other one, and other one also. The sea, as always witness.
dil toro
Castiglione della Pescaia, 2009
La presente muestra nace a través de un proceso creativo extremadamente sencillo: Una playa, cremas para la protección solar y una espera. En este caso breve, muy breve… Y es entonces, cuando la casi infinita procesión de seres atiborrados de toda una jerga de cacharrería kitch, empiezan a surcar la arena hasta casi ser estrangulados por su propio catálogo de productos.
Presentada la principal escena de esta historia. Vamos a buscar a otro nuevo elemento que estreche una relación entre nuestros protagonistas y la arena de la playa: La mar. En tiempos pretéritos, lugar que debieron surcar y desafiar para cristalizar una nueva vida, para abrazar una nueva esperanza, para fundirse en un clamoroso abrazo en una fiel y atronadora realidad. La mar, una vez mas, alentadora de sueños…
Esta exposición gráfica no pretende ejercer como amplificador de una denuncia social. Su contenido es desmesuradamente explícito e invita al espectador a que tome, o no sus propias conclusiones. Todos los personajes que en ella aparecen no lo hacen por orden cronológico. Su aparición en la escena es aleatoria, improvisada, natural y no responde a ningún guión previamente establecido o esbozado. Todas las personas que aparecen son reales.
Las sesiones de trabajo se han realizado durante los cuatro días que duró mi estancia en un lugar muy cercano a Castiglione della Pescaia, en la costa Toscana (Italia). Lógicamente, en una playa, cuyo nombre queda borrado por el incesante ir y venir de pisadas sobre la misma arena. Un día, otro y otro también. La mar, como siempre testigo.
dil toro